El cambio es interno, cada día me doy cuenta de eso. Puedes inscribirte a todos los gimnasios, cambiar de credo, de sexualidad, pero si no te das el tiempo para pensar, todo gasto es innecesario e involucra dinero, tiempo y sobretodo, ilusiones.
En eso me he enfocado, en conocerme dejar de ser lo que no quiero ser, y dedicarme a lo que sí quiero ser y expresarlo en palabras y metas claras (si no lo expreso no existe).
Me he dado cuenta de que mi naturaleza es ser siempre una extranjera en el lugar donde me encuentro, si estoy en un lugar deseo estar en otro, cuando estoy en el lugar donde tanto quise estar de inmediato siento nostalgia de mi lugar de origen. Siempre anhelo lo que no puedo alcanzar. Soy nómada y mi ocupación actual me impide satisfacer mi instinto, mi elección (sí, elijo mi instinto) por eso siempre estaré disconforme, porque mis deseos de liberarme están ligados a mi subsistencia, al dinero y a los estudios (que retorna al dinero).
Lo que sé es que no quiero estar aquí, tengo sed de estrellas y de auroras que no podré conseguir aquí, la realización está afuera.
Aquí está lo cómodo, lo fácil, lo barato, lo mediocre, lo insuficiente.
Allá esta lo que quiero, riesgo, estrellas, amanecer, risa.
Por ahora, seguiré el sendero de conocerme, de no dejar que nada ni nadie diga que no puedo soñar, porque sé hoy más que nunca que un día todo lo que pensé, lo estaré viviendo.
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